Circ. Nro. 004/2021
Queridos hermanos,
Estamos transitando los días en que las comunidades preparan las celebraciones de Semana Santa. Es un tiempo litúrgico que nos reúne y fortalece la comunión en torno a Jesús que muere y resucita para salvarnos, mientras nos adentramos en los caminos de la misericordia de Dios que siempre nos está esperando para reconciliarnos con Él y los hermanos.
En el marco de la pandemia que sigue afectándonos como Humanidad, y en tanto no tengamos una más extendida vacunación de la población, que alcance la tan anhelada inmunidad, tenemos que seguir aplicando con mucho cuidado las normas en relación con el número de participantes (50 % de la capacidad del templo), uso de barbijos, desinfección de las personas con alcohol en gel y de los ambientes con los sanitizantes indicados por las autoridades, así como las limitaciones litúrgicas mientras dure este tiempo particular (supresión del saludo de la paz, comunión únicamente en la mano y sin manípulos de tela, etc.).
Hemos celebrado con gran alegría la Misa Crismal, muy anticipadamente este año, dada la experiencia del año anterior en que la prolongada cuarentena nos impidió tenerla en las fechas oportunas.
Algunos gestos litúrgicos propios de este tiempo no podremos tenerlos como sería de desear: no podremos tener el tradicional lavatorio de pies y en el caso de la adoración de la Cruz, podrá organizarse el desplazamiento de los fieles con el adecuado distanciamiento, pero en lugar del beso habitual, sólo haremos una inclinación de cabeza o un gesto de sentida reverencia ante la Cruz del Señor.
En las celebraciones más concurridas, deberán adoptarse todos los recaudos para que se pueda participar con el necesario distanciamiento. Según sus posibilidades, los párrocos podrán agregar alguna celebración de modo que se pueda desdoblar la concurrencia. Son días muy significativos para todos y desafían nuestra creatividad pastoral a la par que el respeto a este tiempo particular que transitamos.
Seguramente entre estas indicaciones faltarán detalles ya que es imposible preverlos todos. A los sacerdotes les pido que al momento de tomar decisiones, disciernan todo siempre dentro de la lógica del cuidado. Les pido también la máxima higiene en la entrega de ramos y velas, evitando asimismo todo amontonamiento.
Los abrazo y bendigo en el Señor Jesús, buen Pastor. Que nuestra Madre Santísima del Rosario siga cuidando de sus hijos.
Mendoza, 5 de marzo de 2021.-
+Padre Obispo Marcelo Daniel Colombo