Servidores por amor a Jesús (cfr. Lucas 17,10)

Circ. Nro. 32/2020

Queridos hermanos,

Con gran alegría, deseo compartirles una buena noticia: el próximo 4 de julio, a las 10 hs., nuestros seminaristas acólitos Abel Alfaro y Pablo Arlotta, recibirán la ordenación diaconal en el marco de la Eucaristía que celebraremos en la capilla del Seminario Arquidiocesano “Nuestra Señora del Rosario”.

Esta ordenación estaba prevista para el pasado 24 de marzo. Si bien la cuarentena nos impidió celebrarla, tanto Abel como Pablo aceptaron serenamente estas circunstancias excepcionales y continuaron su preparación en las parroquias; Abel en Inmaculada Concepción de Palmira y Pablo en Ntra. Sra. de Guadalupe de Godoy Cruz. Acompañados por sus respectivos párrocos, los Padres Carlos y Sebastián, fueron muy bien recibidos por ambas comunidades. ¡Gracias a todos ellos por este tiempo de madurar la entrega de nuestros futuros diáconos!

Tres meses después, en esta etapa de distanciamiento social, preventivo y obligatorio en la cual podemos tener celebraciones según los estrictos requisitos del protocolo del Decreto provincial 763, consideramos que se dan las condiciones para celebrar la ordenación de Abel y Pablo. Deberemos hacerlo en condiciones muy diferentes a las habituales, con participación predominantemente virtual de sacerdotes y fieles.

Además de los ministros y servicios requeridos para una ordenación, estarán los formadores y algunos sacerdotes vinculados a la vida y el ministerio de los ordenandos, así como algunos familiares y amigos que ellos mismos nos indicarán según el número permitido de concurrentes, disposición que queremos respetar totalmente.

La Pastoral de los Comunicadores de nuestra Arquidiócesis, tan eficaz y presente en la difusión de nuestras actividades, hará todo lo posible para su trasmisión on line, en las plataformas digitales. De esto indicaremos próximamente cómo será.

Los invito a acompañar con la oración este tiempo de preparación inmediata a la ordenación de Abel y Pablo, para que el Señor les dé un corazón de servidores, especialmente de los más pobres y necesitados de su amor, conforme el carisma de Jesús, el Siervo fiel.

Los abrazo en Jesús, el buen Pastor, encomendándolos a nuestra Madre, la Santísima Virgen del Rosario.

+ Padre Obispo Marcelo Daniel Colombo