Circ. Nro. 34/2020
MONSEÑOR JOSÉ ANÍBAL VERDAGUER Y COROMINAS, PRIMER OBISPO DE MENDOZA A LOS OCHENTA AÑOS DE SU MUERTE (19 de julio de 1940)
“La muralla de la ciudad se asienta sobre doce piedras, que llevan los nombres de los doce Apóstoles del Cordero.” (Ap. 21, 14)
Queridos hermanos,
Somos parte de un pueblo peregrino en la historia de los hombres, la Iglesia, pueblo de Dios. Y por esa condición, hacemos memoria agradecida al Padre por cuanto nos concede vivir en el seguimiento de Cristo, su Hijo. Aún los momentos más difíciles de la historia de la Iglesia, nos desafían a expresar toda la vitalidad del proyecto de Dios, su Reino de Amor para todos los hombres.
En ese pueblo andariego por los caminos de Dios, nos toca a los obispos la responsabilidad de conducir el rebaño de Cristo, el buen Pastor. Desde los Apóstoles, este pastoreo en nombre del Señor Jesús ha caracterizado a la Iglesia y no nos resulta difícil evocar obispos ejemplares, auténticos modelos de vida cristiana para todos los tiempos.
Por eso quiero recordar con Uds. a Mons. José Aníbal Verdaguer y Corominas, primer obispo de Mendoza (1934-1940), de quien el próximo 19 de julio, se cumplen 80 años de su fallecimiento. Nacido en Mendoza en 1877, en Plumerillo, desarrolló un destacado ministerio presbiteral en distintas parroquias e instituciones de la diócesis de San Juan de Cuyo: párroco en la parroquia matriz de San Nicolás (1906-1907), de nuestra ciudad; pro-vicario foráneo de Mendoza (1920); estrecho colaborador de Mons. Orzali en los sínodos diocesanos de San Juan de Cuyo y rector del seminario diocesano (19311934). Escribió entre otras obras, Historia eclesiástica de Cuyo y Lecciones de Historia de Mendoza, referencias imprescindibles para todos los historiadores de la Iglesia y de nuestra Provincia.
Como primer Obispo de Mendoza, tuvo a su cargo sentar las bases de la diócesis naciente, que entonces abarcaba también la provincia de Neuquén: la animación espiritual del clero, las misiones rurales, la educación de los jóvenes. En 1937 funda la Congregación de las Hnas. Obreras Catequistas de Jesús Sacramentado, presentes y activas entre nosotros. La muerte temprana de Mons. Verdaguer, por causa de su diabetes, estuvo precedida de una dolorosa intervención quirúrgica en Italia mientras integraba la visita ad limina de los obispos argentinos. Pudo regresar para fallecer en Mendoza el 19 de julio de 1940.
Queremos recordarlo con afecto, evocando su figura y conociendo más su obra pastoral. Acompaño esta circular con una Breve biografía que pedí al Pbro. Gerardo Argüello, a quien agradezco este servicio. Y les presento un momento de oración diario desde el 11 al 19 de julio, preparado por las hnas. Obreras Catequistas de Jesús Sacramentado, para quienes puedan compartirlo con sus comunidades. En esta rica historia diocesana de nuestra Arquidiócesis, Mons. Verdaguer le toco un lugar eminente y si breve, su ministerio pastoral dejó su sello e impronta en la sensibilidad evangelizadora que caracteriza a Mendoza.
Los abrazo y bendigo en Jesús, el buen Pastor, y nuestra Madre del Rosario.
Mendoza, 11 de julio de 2020.-
+Padre Obispo Marcelo Daniel Colombo