Mensaje y saludo de Pentecostés

Circ. Nro. 011/21

“(…) cada uno los oía hablar en su propia lengua.” (Hchs. 2,6)

Mis queridos hermanos,

En este tiempo tan especial que vivimos, la Solemnidad de Pentecostés nos convoca a renovarnos en el seguimiento del Señor. Para ello, nos ha prometido el Espíritu Santo. Acechados como aquella primera comunidad por el miedo, la incertidumbre y nuestra propia fragilidad, anhelamos Pentecostés en nuestras vidas, en nuestras familias y comunidades, para poder ser los testigos del Señor que el mundo necesita.

“En el Evangelio, Jesús promete a sus discípulos que, cuando él haya regresado al Padre, vendrá el Espíritu Santo que los «guiará hasta la verdad plena» (Jn 16, 13). Lo llama precisamente «Espíritu de la verdad» y les explica que los ayudará a comprender cuanto Él, el Mesías, ha dicho y hecho, de modo particular de su muerte y de su resurrección (…) A los Apóstoles, incapaces de soportar el escándalo de la pasión de su Maestro, el Espíritu les dará una nueva clave de lectura para introducirles en la verdad y en la belleza del evento de la salvación (…) antes asustados y paralizados, encerrados en el cenáculo para evitar las consecuencias del viernes santo, ya no se avergonzarán de ser discípulos de Cristo, ya no temblarán ante los tribunales humanos.” (Francisco, Homilía en Pentecostés, 24-05-2015)

Este nuevo confinamiento nos impedirá celebrarlo en iglesias y templos lo cual profundiza nuestra pena; sin embargo, siempre podremos vivirlo en nuestro contexto personal y familiar. Aunque un poco cansados de la virtualidad, ésta posibilitará el reencuentro con los hermanos de comunidad. Para ello, las distintas parroquias, según sus posibilidades, mantendrán sus celebraciones recurriendo a las redes sociales como se ha venido haciendo en estas circunstancias.

Las medidas sanitarias adoptadas para paliar las consecuencias de la llamada “segunda ola” del Covid, con cifras alarmantes en estos últimos días, nos exigen su cumplimiento en vistas al bien común. Ciertamente no estamos en iguales condiciones que el año pasado. El dolor y sufrimiento causado por tantas muertes, el agobio económico de tantos trabajadores y sectores productivos, la falta de horizonte y esperanza en tantos hermanos son algunos de los indicadores dramáticos que nos afectan. Gracias a Dios conocemos un poco más la dinámica de este virus y los modos de cuidarnos; pero, además de las restricciones dictadas por la autoridad, está nuestra propia decisión de autolimitarnos responsablemente en cuanto pueda ser riesgoso para nuestra salud y la de todos. Esperamos que al final de estos nueve días, las autoridades puedan cumplir su palabra de devolvernos a las condiciones precedentes a esta cuarentena.

Como pastor de esta querida Iglesia mendocina, quiero testimoniarles mi esperanza y saludarlos con el deseo de vida nueva en el Señor, para Uds., sus familias y comunidades. Como en aquel otro Pentecostés, con nosotros está María, nuestra Madre, animándonos, consolándonos y alentándonos.

Mendoza, 22 de mayo de 2021
+Padre Obispo Marcelo Daniel Colombo