“Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.” (Lc. 24,35)
Circ. Nro. 012/21
Queridos hermanos,
Este domingo celebraremos la Solemnidad del Cuerpo y Sangre del Señor, quien nos convoca a su encuentro para alimentarnos y alentar nuestro camino. ¡Cómo no recordar las procesiones propias de esta fiesta tan importante de nuestra fe!
Al instituir esta celebración en 1264, el Papa Urbano IV dispuso que ese día “todo el clero, y el pueblo, gozosos entonen cantos de alabanza, que los labios y los corazones se llenen de santa alegría; cante la fe, tremole la esperanza, exulte la caridad; palpite la devoción, exulte la pureza; que los corazones sean sinceros; que todos se unan con ánimo diligente y pronta voluntad, ocupándose en preparar y celebrar esta fiesta.” La Iglesia deseó desde siempre que Corpus fuera una fiesta de la alegría, una manifestación de fe de todo el pueblo de Dios, invitado a concretarla en una caridad viva, apoyados en Jesús, causa de nuestra salvación.
Más allá de las limitaciones y restricciones de este tiempo, queremos reconocer y recibir al Señor como el Pan que alimenta nuestra esperanza y nos fortalece en nuestra debilidad. “(…) la Eucaristía actualiza la Alianza que nos santifica, nos purifica y nos une en comunión admirable con Dios. Aprendemos así que la Eucaristía no es un premio para los buenos, sino que es la fuerza para los débiles, para los pecadores. Es el perdón, es el viático que nos ayuda a dar pasos, a caminar.” (Papa Francisco, Homilía en Corpus, 2015)
En este tiempo hemos experimentado nuestra fragilidad. Dios nos invita a enfrentar como creyentes tanto dolor que nos atraviesa y amenaza con inmovilizarnos. Jesús, Pan de Vida, alimenta nuestro andar peregrino que nos lleva a su encuentro.
Al respecto, en estos días los Obispos argentinos decíamos:” ¿Qué ayuda a mantener encendida la esperanza en este tiempo tan dramático que vivimos? Con claridad lo decimos: La dimensión trascendente y religiosa de la vida. Así lo expresa y tiene necesidad de hacerlo nuestro pueblo. Ella constituye el horizonte de muchos argentinos y los llena de fortaleza, consuelo y esperanza. Aún para muchos que habitualmente no participaban de celebraciones y encuentros religiosos, la enfermedad y la muerte cercana de algún ser querido, así como la angustia y la desesperanza, se revelan como momentos difíciles que la fe ayuda a afrontar con mayor fortaleza.” (CEA, Una necesidad vital, 1° de junio de 2021)
En las celebraciones eucarísticas de este domingo, presencial o virtualmente, según nuestras posibilidades, quiero pedirles que recemos especialmente por nuestros pobres y enfermos, por el eterno descanso de nuestros difuntos, por el país y sus distintos sectores políticos y sociales, desafiados más que nunca a construir la unidad en esta hora dramática donde se pone a prueba la grandeza de espíritu de un pueblo.
Los abrazo y bendigo en el Señor Jesús, Pan de los peregrinos.
Mendoza, 3 de junio de 2021
+Padre Obispo Marcelo Daniel Colombo