“Oh Dios, Tú eres mi Roca y mi baluarte: por tu Nombre, guíame y condúceme.” (Salmo 31,3)
Circ. Nro 12/2020
Queridos hermanos,
En estos días nos hemos estado comunicando con frecuencia. La gravedad de la situación planteada por la expansión del Coronavirus nos ha exigido estar atentos a la voz del Señor que nos invitaba a cuidarnos y cuidar la vida de los hermanos. Por esa razón, hemos procurado tomar decisiones pastorales que expresaran el Mandamiento del Amor de Jesús.
En el día de ayer, con el presbiterio en su conjunto, y en estas últimas horas, con el Consejo Presbiteral, hemos querido discernir pastoralmente nuestro mejor modo de servir a la comunidad cristiana para acompañarla en esta particular hora de dolor e incertidumbre. Dios nos habla al corazón en este tiempo de dolor invitándonos a perseverar en fidelidad y esperanza.
Las Iglesias deben estar abiertas en los horarios habituales en la medida de las posibilidades de los sacerdotes y sus colaboradores. El consuelo del diálogo y el sacramento del perdón no pueden faltar como parte del ejercicio de nuestro ministerio pastoral. Nuestros enfermos y ancianos, nuestros pobres, los niños y jóvenes, nuestras familias, deben sentirnos más que nunca cerca y presentes en sus vidas según sea la específica necesidad.
Pero las últimas horas nos han revelado, además, la imperiosa necesidad de suspender todas las celebraciones a fin de evitar cualquier forma de propagación del virus; así lo haremos a partir de este próximo viernes 20, y mientras dure esta enorme emergencia sanitaria. Confiamos que todos puedan comprender el alcance de esta decisión, que busca contribuir del mejor modo al cuidado del bien común.
Los sacerdotes seguiremos celebrando la Eucaristía sin participación de fieles y procuraremos hacernos presentes a través de los distintos medios audiovisuales, en la vida de nuestros fieles y sus familias. Ya hemos dado a conocer los canales a través de los cuales se difunde la celebración diaria y especialmente dominical de la Eucaristía. Próximamente comunicaremos otros servicios pastorales que nos mantendrán orantes y en comunión.
Agradecemos a los sacerdotes la completa aplicación de estas disposiciones. Queremos expresar nuestro especial reconocimiento a los servidores de la salud pública, médicos y enfermeros, a nuestros colaboradores de Cáritas y de la Pastoral de la Calle, que están en la trinchera de la vida amenazada, dando testimonio de amor ejemplar y valiente. Comprometemos por ellos nuestra oración y cercanía fraterna en lo que haga falta.
Los abrazamos en Jesús, implorando la protección maternal de la Virgen del Rosario.
Mendoza, 19 de marzo de 2020.- Fiesta de San José.
+ Mons. Marcelo Daniel Colombo
Arzobispo de Mendoza
+ Mons. Marcelo Fabián Mazzitelli
Obispo Auxiliar de Mendoza