¡Caminemos a la luz del Señor! (Isaías 2,5)

Circ. N° 39/2019: Carta pastoral de Adviento

Mis queridos hermanos,

El próximo domingo comenzaremos a vivir el Adviento, cuyos senderos nos llevan al encuentro del Señor que nace para salvarnos. Por eso quiero reflexionar junto a Uds. sobre la llamada siempre apremiante del Señor, que nos invita a seguirlo en circunstancias muy precisas para nuestra vida eclesial y a hacerlo presente entre los hermanos. La realidad nos pide vivir este Adviento encarnadamente. Es aquí y ahora que quiere nacer el Señor, en nuestros corazones, en nuestras vidas, en nuestra sociedad. Viene Jesús, Él es nuestra luz, nuestra fuerza y nuestra paz.

En estos días hemos vivido las instancias decisivas del denominado Caso Próvolo. La sentencia recaída sobre los acusados, entre ellos dos sacerdotes de la Compañía de María para la educación de los sordomudos, expresa el trabajo de la justicia que afrontó con energía el esclarecimiento y punición de los hechos. Apenas conocida la noticia, quisimos expresar brevemente nuestros sentimientos de congoja y cercanía.

Con toda la Iglesia, dolidos y avergonzados, pedimos perdón a quienes han sufrido estas vejaciones, a sus familiares y a la entera sociedad. Nos comprometemos a actuar con verdad y transparencia y a seguir trabajando en asegurar en nuestras estructuras pastorales y en nuestros servicios, el fortalecimiento de la prevención que garantice la protección de menores y adultos en situación de vulnerabilidad.

Al encuentro de Aquél que viene

Siempre el nacimiento de Jesús será nuestra gran Buena Noticia para dar a los hombres: la encarnación del Hijo de Dios nos ha hecho hijos en Él para compartirnos la maravillosa condición de herederos de la vida divina. Esto nos alegra y nos compromete a vivir como hijos y como hermanos. Y a comunicarlo. En aquel sí de María comenzó a cumplirse la promesa de Dios. Del modesto y oculto pesebre de la Navidad, vendrían la verdadera luz y la paz a nuestros corazones.

Por eso, este Adviento nos invita a caminar como pueblo peregrino y esperanzado. La Iglesia quiere vivir con audacia evangélica su misión de hacer presente en ese Niño, frágil y fuerte, la llegada del Reino de Dios entre los hombres. Ese Niño Dios que se pone al hombro nuestra historia humana, tan precaria y limitada sin Él. De esto nos habla la próxima Navidad, en la que ángeles y pastores, con su mirada sencilla y despojada de prejuicios, fueron sorprendidos por el inconmensurable amor de Dios manifestado en ese Niño “nacido para nuestro bien”.

No sólo será un camino a recorrer en forma personal. Como Iglesia, en forma comunitaria, estamos convocados a celebrar el Adviento como el tiempo de la Promesa que empieza a cumplirse. Los distintos momentos eclesiales vividos a lo largo del año que concluye, se abren a la comprensión nueva que nos propone el Señor que viene. Y ciertamente, los próximos compromisos pastorales se alimentarán de esa Luz que viene a nosotros y que todo lo ilumina.

Caminar, escuchar y convertirnos al Señor

Como Iglesia en Mendoza, hemos tenido varios encuentros a la escucha de la Palabra del Señor y de las comunidades con sus trayectos y búsquedas pastorales de este tiempo. Ciertamente han sido muy importantes los pasos dados en los últimos treinta años en los distintos momentos de reflexión y planificación pastoral.

Al comenzar el año, acogimos en nuestra Jornada “Juntos caminamos”, la propuesta del Papa Francisco de una Iglesia sinodal, que nos invita a profundizar un camino comunitario firmemente arraigado en el Señor y con la participación de todos, lo que se traduce en la decidida incorporación de los consejos pastorales y de asuntos económicos, así como la de los otros equipos de servicios parroquiales y demás áreas de voluntariado. Éstos revisten una significación para los párrocos y las comunidades.

En adelante, los equipos de animación decanal, deberán poner en juego dones, tiempo y talentos para alentar el andar de las comunidades parroquiales. Toca a las parroquias en estos próximos meses, cuando se pueda, organizar un espacio de encuentro y reflexión para compartir con todos sus miembros, lo caminado hasta hoy en esta perspectiva sinodal. Algunas ya lo vienen haciendo y con mucho fruto.

De esta manera, podremos testimoniar ante la sociedad el valor de escuchar a todos, de tener en cuenta todas las realidades y de crecer como comunidad, con una decidida vocación de inclusión, a la manera de Jesús que se introduce en nuestra propia historia humana para darnos plenitud y llevarnos al Padre.

Preparen el camino del Señor

Una de las figuras bíblicas que expresa con claridad el espíritu penitencial y disponible del Adviento, y que anuncia cuanto está por sucedernos, es Juan el Bautista. Su figura, directa en sus enseñanzas y sobria en cuanto a sus gestos, no deja lugar a dudas sobre su propia misión, destinada a preparar la llegada del Salvador. Por eso, de la mano de Juan, nos encaminamos a recibir al Mesías, al Hijo de Dios. El Bautista nos pide concentrar la mirada en Jesús y su llegada inminente.

En ese espíritu, el próximo 5 de diciembre celebraremos un día misionero del presbiterio mendocino. Visitaremos la parroquia de Palmira, algunas de sus instituciones y varias de sus familias, acompañados por laicos y agentes de pastoral de esa extensa parroquia del decanato Este. Agradecemos desde ahora la acogida fraterna que están preparando nuestros hermanos de Palmira.

Profundizar la mirada

A nivel social y político, el año que concluye no ha sido un tiempo fácil ni exento de tensiones y agravios entre sectores. Adviento nos invita a profundizar la mirada de fe y a no desanimarnos. En los próximos días asumirán las nuevas autoridades nacionales, provinciales y departamentales. Recemos en el espíritu esperanzado del Adviento para que, por encima de todo interés sectorial, guíe a estos funcionarios la búsqueda incansable del Bien Común.

Nos preocupa la realidad económica y social, que aflige, sobre todo, a los más pobres. Así lo testimonian los datos de nuestras Cáritas diocesana y parroquiales, así como las otras  pastorales específicas como, por ejemplo, la pastoral de la Calle, de la Salud, Carcelaria y Migrantes entre otras. En esta línea de trabajo, Pastoral Social y Cáritas Mendoza organizaron un taller que, con la ayuda del Observatorio de la Deuda Social, de la UCA, presentó el Mapa de la Pobreza, con herramientas técnicas para poder acompañar la vida de nuestros hermanos más pobres. Nos alegra la gran participación de diversas instituciones asistenciales, académicas y gubernamentales y la posibilidad de servir al bien de nuestro pueblo.

En este clima confiado y esperanzado del Adviento, queremos elevar nuestra oración por las hermanas repúblicas de Chile y Bolivia. Hemos recibido, entre nuestras familias migrantes, el sufrido testimonio de quienes han perdido algún familiar o padecen la incertidumbre en cuanto a qué sucederá. Ninguna forma de violencia es aceptable en el camino de construir la paz y la justicia. Recemos para que prontamente se retomen los caminos de la normalidad institucional allí donde se ha vulnerado, se acojan los reclamos de los más pobres y la convivencia pacífica y fraterna ahuyente el miedo de tantas personas y familias.

Queridos hermanos,

¡Caminemos a la luz del Señor! Preparemos nuestros corazones porque Él quiere nacer entre nosotros. Salgamos a recibirlo. Los abrazo y bendigo en Jesús, el niño frágil que nos hace fuertes.

Mendoza, 29 de noviembre de 2019                                                                       +Marcelo Daniel Colombo
Arzobispo de Mendoza