Bendición de los frutos en las misas del II Domingo de Cuaresma

Circ. N° 003/21

«Alabado seas, mi Señor», cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: «Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba»

(Laudato sí, 1)

Queridos hermanos,

Transitamos los días de Cuaresma, un tiempo penitencial que nos anima a mirar hacia el horizonte de la Pascua y resucitar con Cristo, nuestro Redentor. En este marco tan relevante para la fe, el tiempo de vendimia que en nuestra tradición religiosa va precedido de los ritos de bendición de frutos, nos da la oportunidad para agradecer la admirable conjunción de la Obra de Dios y el trabajo humano, personal, familiar y social.

Las distintas comunidades suelen tener en tiempos de normalidad sanitaria, su celebración de Bendición de Frutos que expresa esta voluntad de agradecer a Dios sus dones y ofrecérselos simbólicamente para que los multiplique como signo de su Providencia.

En esta particular situación sanitaria que vivimos, la dificultad de encontrarnos como siempre para esta hermosa tradición, nos invita a disponer de las celebraciones que tenemos para expresar nuestra gratitud a Dios y el compromiso de seguir trabajando por el bien común.

Es por esto que les pido que en las misas del próximo domingo 28, tengan un espacio para rezar y bendecir los frutos en sus parroquias, capillas y comunidades. Les adjunto el modelo de oración que pueda servirles de ayuda para esta ocasión; naturalmente la creatividad de cada comunidad puede dar lugar a otras formas de oración que hagan de ese momento un preciso espacio de gratitud al Creador y a Jesús, su Sembrador.

Los abrazo y bendigo, encomendándolos a la protección de nuestra Madre, la Virgen del Rosario.

Mendoza, 24 de febrero de 2021

+ Padre Obispo Marcelo Daniel Colombo
Arzobispo de Mendoza